Hace un mes estaba empacando para las ya tradicionales vacaciones en el paraíso de Roccella Jonica. Como siempre, chequé que llevaba mi cámara, baterías y suficiente memoria para hacer algunas fotos; algo que pudiera compartir en flickr o en facebook. Lo que no me podía imaginar es que este se convertiría en un verano de fotografía. De hecho, viajaba con pocas esperanzas, sabiendo que el Roccella Jazz Festival, hasta ahora evento obligado en mis vacaciones, había sido amputado al mínimo.
Apenas llegando a Roccella, me enteré de un pequeño concurso de fotografía, abierto a todos, que se veía interesante. Sin pensarlo tanto, y con la ayuda de Antonella, decidí participar con tres fotos más o menos recientes:
Fue un juego interesante. La primera foto (el campo de flores amarillas) ganó el Premio Cartulina. Lo más curioso fue que la foto centrale, un trozo de glaciar que fotografié el año pasado en Argentina, fue descalificada porque los jueces no creyeron que yo era capaz de tomar una foto así. Supongo que me debo sentir honorado, de haber hecho una fotografía tan buena que creen que es de un profesional. En todo caso, aprendí mucho de esta experiencia y, si se organiza de nuevo, el próximo año mandaré tres nuevas fotos al concurso.
Mientras todo esto sucedía, mi cuñado organizó un partido de futbol rápido entre dos asociaciones de caridad que se encargan de juntar fondos para ayudar a gente con discapacidades. Como era un evento "especial" me pidió que tomara algunas fotos (nada profesional) del juego, y la fiesta posterior.
Fue bastante divertido, y me dejó experimentar un poco con mi cámara y la poquísima luz que había en el campo.
Pero las cosas sólo empezaban a ponerse interesantes. El 24 de agosto se organizó una Noche Rosa: una noche de actividades dedicadas a la mujer. Pocos días antes, un amigo me comentó que le habían encargado hacer una muestra fotográfica ese día, y que le gustaría que participara con tres fotografías "sobre la mujer". Un tema muy amplio, pero me subí al ruedo sin duda. Como mis retratos no suelen ser muy buenos, me decidí por tres fotos que incluían mujeres tangencialmente:
Sin saber de quién eran, varias personas se mostraron interesadas en mis fotos, entre las 18 que estaban expuestas. La primera foto causó incluso discusiones sobre el lugar donde fue tomada.
El climax del asunto llegó, coincidentemente, cuando estábamos colgando las fotografías para esta muestra. Como parte de la Noche Rosa, el florista Francesco Marrapodi (para los que saben, fue el florista que decoró nuestra boda), organizó una "pasarela floreal" con cuatro modelos que vistió con flores, y un taxi inglés blanco. Cuando estaban listos para salir, se dieron cuenta de que no tenían a nadie que les tomara algunas fotos para documentar la ocasión. Por pura casualidad yo estaba ahí, lo que me convirtió en el "fotógrafo oficial". Me tocó vivir una experiencia que nunca antes había tenido: tener modelos a mi disposición; poder decirles dónde ponerse, cambiar ángulos, etc.
Aunque duró pocos minutos, realmente me dejó con ganas de repetir la experiencia. Espero realmente tener la oportunidad de hacerlo de nuevo, pero esta vez con más calma y un poco más de planeación previa.
Por supuesto, estas no fueron todas las fotos que tomé, ni todas las experiencias que viví. Pero para el resto tendrán que esperar. Mientras tanto, ¡Fuego!