Nuevos rumbos
La mejor forma de conocer una ciudad es caminar por sus calles. Por eso, cuando llegué a Dresden hace 10 años, dedicaba mis fines de semana a caminar por distintas partes de la ciudad. Recorrí el río, crucé los puentes principales, fui al norte y al sur, e incluso llegué a algunas zonas que están fuera de Dresden. Y es justo por eso que me sorprendió tanto encontrarme un área verde que no sólo no había nunca visitado, sino que ni siquiera sabía que existía, en el noroeste de la ciudad. Caminando, mientras intentaba rastrear un camino a un edificio viejo que a veces paso, de pronto vi a gente sobre un monte verde.
Sin grandes pretenciones, el lugar tiene su encanto: abejas, un monumento al bombardeo de la segunda guerra mundial y restos del área industrial se mezclan con el pasto, árboles, y una atmósfera de tranquilidad. Y hay más rutas que parten de ese lugar. Habrá que explorar un poco más.