sábado, octubre 10, 2009

Fuego

Mis ojos se alzaron apenas a tiempo para percibir la explosión. Pequeñas flamas viajaban en todas direcciones. Las centrales, de color naranja, mostraban la fuerza del pirómano. Pero fueron las verdes, esas largas y de caída parabólica, las que me llenaron de espanto.

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