Impresiones de Granada
Hace un par de semanas me fui a Granada a participar en un congreso. Ya habían pasado 14 años de la última (y hasta entonces única) vez que había ido, así que estaba seguro de no recordar muchas cosas. Pero lo que sí me acordaba era que La Alhambra era impresionante, aún si se subía a pie con la maleta a cuestas.
Mi primera impresión, llegando en avión fue la desolación del lugar: el aeropuerto es una placa de concreto a la mitad del desierto, con algunos olivos al rededor. La terminal apenas tiene un edificio. Pero todo cambia cuando se llega al centro; especialmente en la zona clásica. A pesar de ser octubre, todavía lleno de turistas disfrutando el buen tiempo.
Obviamente, no podía faltar una visita a La Alhambra, en este caso organizada por el congreso, con un guía super gracioso. Será mi mala memoria pero yo recordaba las paredes con mucho más color. Pero en su estado actual no les falta nada para quitar el aliento. Lo más sorprendente es que hayan sobrevivido por tantos años después de la expulsión de los árabes de España sin ser destruidas.
Por mi parte, paseé por los callejones del centro, y por el Albayzin, el barrio árabe sobre la colina, que permite unas vistas espectaculares hacia la Sierra Nevada. En el camino me encontré algunas piezas de arte callejero que no tienen igual. ¿Sabían que Granada es la capital del cómic? Tiene muchas cosas culturales. De hecho, el último día en lo que esperaba la hora de tomar el avión pasé por casualidad por el Centro Federico García Lorca y me topé con una exhibición de Baza Frederic Amat.
Eran fotos, pero impresas en papel normal y de alguna forma tenían toda la tinta corrida, tanto una idea de ser acuarelas. Fenomenal. En el mismo viaje, pero de pura casualidad, me topé con la obra de Flora Borsi. Si no la conocen, búsquenla; vale la pena.
Al final estoy contento con mi visita a Granada. Esperando el próximo viaje.
Mi primera impresión, llegando en avión fue la desolación del lugar: el aeropuerto es una placa de concreto a la mitad del desierto, con algunos olivos al rededor. La terminal apenas tiene un edificio. Pero todo cambia cuando se llega al centro; especialmente en la zona clásica. A pesar de ser octubre, todavía lleno de turistas disfrutando el buen tiempo.
Obviamente, no podía faltar una visita a La Alhambra, en este caso organizada por el congreso, con un guía super gracioso. Será mi mala memoria pero yo recordaba las paredes con mucho más color. Pero en su estado actual no les falta nada para quitar el aliento. Lo más sorprendente es que hayan sobrevivido por tantos años después de la expulsión de los árabes de España sin ser destruidas.
Por mi parte, paseé por los callejones del centro, y por el Albayzin, el barrio árabe sobre la colina, que permite unas vistas espectaculares hacia la Sierra Nevada. En el camino me encontré algunas piezas de arte callejero que no tienen igual. ¿Sabían que Granada es la capital del cómic? Tiene muchas cosas culturales. De hecho, el último día en lo que esperaba la hora de tomar el avión pasé por casualidad por el Centro Federico García Lorca y me topé con una exhibición de Baza Frederic Amat.
Eran fotos, pero impresas en papel normal y de alguna forma tenían toda la tinta corrida, tanto una idea de ser acuarelas. Fenomenal. En el mismo viaje, pero de pura casualidad, me topé con la obra de Flora Borsi. Si no la conocen, búsquenla; vale la pena.
Al final estoy contento con mi visita a Granada. Esperando el próximo viaje.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario