El día de ayer fuimos por una caminata al "ojo de la aguja" en la Suiza Sajona (Sächsische Schweiz). Llevábamos dos meses hablando del asunto, pero no fue hasta ayer que se pudo realizar. La guía fue Julia, que ya había ido ahí antes. El resto de los participantes: Armin Kuhnemann, dos brasileños y una italiana; estos últimos tres invitados de último momento (unas doce horas antes del inicio del paseo).
Los últimos tres invitados y yo tomamos el tren en Dresden Neustadt, donde ya nos esperaba Julia, y Armin se nos unió en Niedersedlitz.
La caminata comenzó con una pendiente muy pronunciada (hacia arriba) en Königstein. Ahí vimos a gente quemando cosas junto al río, es el famoso fuego de Pascua (Osterfeuer). Dando un largo rodeo, pasando por un miradorcito, llegamos a Pfaffendorf, que en línea recta está solo a 2km. de Königstein pero, quién quiere caminar por la carretera?
Desde Pfaffendorf, vimos nuestra meta: Pfaffenstein, a la que se llega caminando primero por Pfaffensteinweg, y luego por el ojo de la aguja (Nagelohr). El nombre de este camino resultó obvio una vez que comenzamos el ascenso: las piedras están tan cerca una de otra, que es dificil pasar por muchos lugares. En algunos, tuvimos que quitarnos las mochilas, porque no pasábamos.
Llegamos al fin a la cima. La vista fenomenal, las caídas, impresionantes.
Ya por ahí, aprovechamos para ir a ver primero los Goldschmidthöhle, donde se supone que un tal Goldschmidt fabricaba dinero. También fuimos a ver a la Barbarina, que es una barbara (una roca sobre otra) muy grande.
De regreso, pasamos por el molinillo (Quirl), que es otra formación rocosa. Como bien comentó Julia, "en la Suiza Sajona, no puede faltar el queso suizo".
La última etapa consistió en visitar el agujero del ladrón (Diebshohl o Diebskeller, dependiendo del mapa que se lee), y caminar hasta Königstein, donde saboreamos un helado, y tomamos el tren de regreso.
Fischer Fritz fischt frische Fische, dice el trabalenguas que aprendí.
Los dejo con la primera regla para caminatas por el bosque:
hay tres cosas indispensables en toda caminata: una cámara, una botella de agua, y un chocolate. Todo lo demás es superfluo.