Vuelos y Hong Kong
Bueno, básicamente sólo Hong Kong. Los vuelos no tuvieron ningún incidente especial, excepto que el entretenimiento a bordo de Cathay Pacific es excelente: muchísima variedad; tanta que en cuatro vuelos de larga distancia no alcancé a ver todo lo que tenían (aunque casi lo logro).
Después de las primeras once horas de vuelo, llegamos a Hong Kong. Ahí tenía que esperar nueve horas antes de tomar el siguiente avión. Mi plan inicial era quedarme en el aeropuerto y tal vez acabar dos o tres libros, pero afortunadamente vi la luz sobre lo tonto de la idea y, aprovechando que Martina y Ricardo estaban por ahí, me decidí a salir.
Y no me arrepiento en lo más mínimo.
La primera impresión sobre Hong Kong: ¡está lleno de chinos!
En plan más serio, la ciudad está impresionante, aunque realmente son prácticamente sólo edificios. De hecho me tomó un largo tiempo convencerme de que realmente estaba en China (aún con la gente que me rodeaba).
Subimos al Peak, de donde se pueden ver las obras arquitectónicas y también las costas despobladas en esplendor. También fuimos después a ver un show en que encienden los edificios y ponen música, y luego nos fuimos a cenar.
De pronto Ricardo se asusta: ¡ya eran las 22:00! Salí corriendo de ahí para tomar el tren de regreso al aeropuerto y afortunadamente llegué a tiempo, pero no tuve oportunidad de comprar souvenirs (ni electrónicos).
Después de las primeras once horas de vuelo, llegamos a Hong Kong. Ahí tenía que esperar nueve horas antes de tomar el siguiente avión. Mi plan inicial era quedarme en el aeropuerto y tal vez acabar dos o tres libros, pero afortunadamente vi la luz sobre lo tonto de la idea y, aprovechando que Martina y Ricardo estaban por ahí, me decidí a salir.
Y no me arrepiento en lo más mínimo.
La primera impresión sobre Hong Kong: ¡está lleno de chinos!
En plan más serio, la ciudad está impresionante, aunque realmente son prácticamente sólo edificios. De hecho me tomó un largo tiempo convencerme de que realmente estaba en China (aún con la gente que me rodeaba).
Subimos al Peak, de donde se pueden ver las obras arquitectónicas y también las costas despobladas en esplendor. También fuimos después a ver un show en que encienden los edificios y ponen música, y luego nos fuimos a cenar.
De pronto Ricardo se asusta: ¡ya eran las 22:00! Salí corriendo de ahí para tomar el tren de regreso al aeropuerto y afortunadamente llegué a tiempo, pero no tuve oportunidad de comprar souvenirs (ni electrónicos).
2 comentarios:
Ahora entiendo, me sorprendió verte en un par de fotos en facebook con martina y ricardo, ahora entiendo... A dónde ibas? A Australia?
Un abrazo!
Hola Beco. Pues sí, iba a Sydney y afortunadamente ahora sí vi a Martina y Ricardo. Sorprendentemente, cuando estaban más cerca, nunca nos coordinamos para vernos y ahora tan lejos surgió la oportunidad.
Saludos.
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