domingo, mayo 24, 2009

Más no siempre es mejor

Si hay algo que podemos aprender del control de plagas es que tener más no siempre es mejor. Tenemos que tener "más" de buena calidad; de otra forma, es como si en verdad tuviéramos menos.
Para controlar una plaga, una opción que es muchas veces aplicada es la de agregar a la población nuevos individuos que son incapaces de reproducirse. Así, la población total comienza a reducir su tamaño.
¿Cómo? Supongamos que tenemos moscas que se aparean sólo dos veces antes de morir, y que cada apareamiento produce dos moscas. Si tenemos una hembra y un macho, entonces esta hembra producirá 4 moscas antes de morir, y así sucesivamente.
Ahora, si introducimos tres moscas macho que son estériles, lo que sucede es que cada vez que se aparea la hembra, tiene 25% de probabilidad de hacerlo con un macho que no es estéril. Para cuando muere, el número esperado de descendientes que tiene es 2. Entre más machos estériles metamos a la cadena, más se reduce el índice de reproducción.
Así, aunque la población es más grande por un momento, no es necesariamente más fuerte.

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