Un año después
A pesar de lo que está pasando en mi vida, de los cambios que se avecinan pronto, y las dichas que me golpean constantemente, este día no ha podido pasar desapercibido.
Cada día con más insistencia, todo me recuerda a tí (perdón por el lugar común, nosotros que en una ocasión nos burlamos tanto de ellos). Miro al futuro, y encuentro una ciudad que lleva tu nombre, como apodo. Mi presente, mucho de lo que hago te lo debo a tí, a ese impulso inicial que me diste. Mi pasado, ese pasado en el que tú apareces una y otra vez, ya sea con tu música, con tus danzas, o con simples palabras que ayudaban, o deprimían.
Te agradezco tus enseñanzas, y respondiendo a lo que me dijiste hace muchos, muchos años, todavía en el piso inferior de tu casa: sí me dejaste en buen camino, aunque no serás capaz jamás de ver el lugar al que me lleva.
Descansa en paz, 28 de febrero de 2005... un año después.
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