La paradoja de la escultura viviente
El domingo, paseando por el Altstadt, volví a ver esta serie de esculturas vivientes que se coloca los fines de semana es esos rumbos, y regresó a mí el concepto paradójico de esta forma de vida. Para aquellos a los que no les he mencionado la paradoja, aquí está:
Esta gente, las estatuas vivientes, piden dinero a los paseantes proporcionándoles un espectáculo a cambio. El espectáculo consiste en mantenerse un largo rato sin moverse. Sin embargo, cuando alguien les da una moneda por ello, el espectáculo termina, es decir, se mueven. Por lo tanto, entre más dinero se les pague, menos espectáculo dan. Yo quisiera tener el espectáculo por el mayor tiempo posible, entonces no debo darles una moneda.
Espero haber sido claro en mi explicación. En todo caso, supongo que una razón para darles una moneda sería la lástima que transmiten después de 25 o 30 minutos sin moverse.
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