¡Que alguien me detenga!
Después de terminar La efímera vida de Rulo, me surgió la idea de escribir una serie de relatos escatológicos. Y dado que tengo tantas otras cosas que hacer, y el mejor pretexto para no hacerlas es ponerme a escribir, aquí está el primero de ellos: Hidromiel.
Este es mucho más corto que el anterior: apenas una página.
Supongo que sobra decir que este relato no es apropiado para gente sensible o de mente cerrada. Y no sé si lo quieran leer mientras comen o poco después.
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