sábado, septiembre 18, 2010

Tristeza enterrada

En más de un año de vivir en mi actual departamento, no había ido a visitar el cementerio que está a menos de 200 metros de aquí. Así que esta mañana, cámara en mano, decidí ir a cambiar esa situación.
Algunos de ustedes sabrán que me gusta visitar los cementerios, mirar las tumbas y buscar imágenes interesantes con que llenar mi mente. Y, en tantos años de visitar estos lugares, nunca había sentido lo que hoy.
Cuando llegué al área de tumbas infantiles, quedé impactado por el colorido, los juguetes y en general el estado de dicha entristecida que muestra.
Desafortunadamente no puedo explicar este sentimiento con palabras, pero es un dolor que no me ha agradado recibir.

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