lunes, septiembre 26, 2005

Buen domingo

Ayer salí a pasear cerca de Dresden. Yo había tomado la decisión de ir a la estación de trenes y tomar el primer tren que saliera, y sobre él decidir dónde bajarme a caminar. Estaba interesado en ir a algún bosque, pero estaba dispuesto a detenerme en cualquier lugar interesante.
Todo se desarrolló bastante bien, desde el principio. Cuando salí de mi edificio, había un escándalo hecho por cuervos y orracas (que, aunque son corváceos hacen un sonido muy característico). Quedé sorprendido: una jauría de cuervos volaba muy bajo cruzando la calle, persiguiendo a una marmota (que por cierto, es la primera marmota que veo en Dresden). El ruido continuó, alejándose en dirección al Gran Jardín (Großer Garten), donde supongo que la marmota se fue a refugiar de sus atacantes.
Tomé el tren, y me bajé en Coswig. De ahí, realicé el tortuoso camino hacia Kötitz que consistió en cruzar la vía del tren, caminar unos 150 m. y cruzar la calle fronteriza (Grenzstraße). Ya estaba en Kötitz (sin haber visitado Coswig, por cierto).
En Kötitz me topé con el Elba de nuevo. Por ahí había un lago, pero como era muy temprano, estaba cerrado (los lagos no son públicos). Aún así, vi ganzos, una grulla y un pájaro carpintero de cuerpo rojo.
Luego caminé hacia el este, al lado del río, hasta que llegué a Sörnewitz, donde subí a una montaña que se llama Bosel. El camino en la montaña es bosque. En la parte inferior son árboles de rápido crecimiento para consumo humano, la parte superior es un bosque de coníferas, que me recordó mucho a México. En el camino me topé con un jardín botánico, que estaba todo café: el otoño ya atacaba en la montaña.
Por ahí alcancé a ver águilas, halcones y escuché a otro carpintero, aunque a este no lo ví. Una vez arriba me eché las dos rutas de miradores. En total, subiendo y bajando la montaña me eché como 10 km.
Cuando terminé ya era más de las 13:30 y decidí regresar a casa, pero resulta que Sörnewitz es tan pequeño que ni transporte público tiene (y tampoco estación de trenes), y como no tenía mapa conmigo, tenía dos opciones: caminar 8 km. de regreso a Coswig, o 6 km. hasta Meißen. Para variar el panorama, decidí la segunda. Y caminé y caminé hasta Meißen, donde tomé mi tren de regreso.
En el tren descubrí que si desde Sörnewitz hubiera caminado hacia el norte, habría llegado a Neusörnewitz (Nuevo Sörnewitz) y ahí sí hay estación de trenes. En fin, no me quejo, la caminata estuvo agradable; disfruté del aire, el río, y los sonidos de la naturaleza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tomaste fotos?

Rafael Peñaloza dijo...

Si tomé muchas fotos, Jime, pero como Flickr estuvo ayer todo el día dando lata, no las subí. Además, tengo una cola de fotos de más de un mes :S