Francia y regreso
Tras dormir en St. Malo, intra-muros, recorrimos a pie toda la muralla, para luego desayunar en un cafecito/heladería llamada "Le Sanchez" (no es broma).
Después regresamos a París, donde ya teníamos reservado el mismo hotel en que nos habíamos hospedado unos días antes. Intentamos subir a la torre de Notre Dame, pero llegamos demasiado tarde, y nos cerraron la visita. Por lo tanto, sin dudar demasiado, nos lanzamos a la bola. Bajamos un poco temblando, pero muy contentos y emocionados.
Así, nos dispusimos a caminar por el Sena.
A la mañana siguiente salimos a Luxemburgo. No teníamos todavía boleto de regreso a Dresden, por lo que el plan era intentar conseguir un tren nocturno para esa noche o si no, para la noche siguiente, y si todavía no, encontrar cualquier medio para llegar antes del primero de septiembre (en que yo debía presentarme a trabajar).
Tras muchas negociaciones, conseguimos un tren nocturno que de hecho nos salió más barato de lo que esperábamos. Con boleto en mano, salimos a pasear por la ciudad durante las pocas horas que nos quedaban. Visitamos lo básico: la catedral, los miradores, la plaza principal, la muralla y todavía nos dimos el lujo de perdernos por culpa de una construcción antes de regresar a la estación de trenes.
De ahí, todo fue tren: parada en Koblenz, Colonia (bajar rápido a tomar la foto de La Catedral) y de ahí hasta Dresden. Tuvimos la fortuna de que el tren iba vacío, por lo que pudimos recostarnos cómodamente en los asientos.
Así termina esta larga reseña de mi viaje, pero no se preocupen, habrá más.
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