martes, enero 16, 2007

La puerta abierta

En el punto 65 del Capítulo XI del famoso libro de Sun Tzu El arte de la guerra, se nos dice:

Si el enemigo deja una puerta abierta, debes correr hacia adentro

En una ocasión, un gran ejército se encaminó para atacar un reino. El reino se encontraba debilitado y sabían que no podrían vencer sin ayuda externa; desafortunadamente, la ayuda tardaría demasiado en llegar. El rey era benévolo con su gente y no quería que se derramara sangre en un intento ingenuo que no tenía ninguna oportunidad de éxito. Así, decidió que iba a permitir que conquistaran su reino sin resistencia. Abrió todas las puertas y se sentó a esperar la llegada del ejército invasor.
Cuando el gran ejército se encontró con las puertas abiertas dudó de su éxito. Pensaron que era una emboscada y no se atrevieron a entrar de una vez. Debido a estas dudas, su empresa terminó fracasando, perdiendo algo que ya se les había cedido.

Si esto suena demasiado fantasioso, tengo una historia real más actual. Cuando yo era pequeño, en una ocasión fuimos en familia de compras al Centro Histórico de la Ciudad de México. Como éramos todavía niños, mi padre nos llevó en coche. Se estacionó en una calle y salimos felizmente a rondar por las zonas repletas de vendedores.
Al regresar, notamos algo increíble: una de las puertas del coche se había quedado abierta. No me refiero que no tenía alarma, o a que el seguro no estaba puesto, me refiero a la puera abierta, usando un lugar común de par en par, de tal forma que la gente que caminaba por la banqueta tenía que dar un rodeo para seguir su camino.
Esa puerta estuvo así durante horas y no sólo el coche sobrevivió, sino que además nada de lo que estaba en su interior fue hurtado. Nadie se atrevió a robar un vehículo que estaba a su entera disposición.

En lo que llevo del doctorado (casi un año), he obtenido unos (pocos) resultados grandes, y muchos resultados básicos: una idea sencilla, con una demostración aún más sencilla, que ayudan para explicar/entender mejor o hacer más sencillas las demostraciones de otros métodos/ideas más complejas. En otras palabras, notas al pie. Yo no publicaría una (cualquiera) de esas notas al pie como un artículo formal, si no viniera acompañada de al menos uno de los resultados grandes. De hecho, no hace mucho tuvimos una discusión sobre si intentar publicar o no una gran recopilación de estos resultados al pie, junto con un pequeño resumen de resultados prácticos basados en una implementación en fase de pruebas, bajo la idea de que muy probablemente este artículo sería rechazado por cualquiera que lo revisara, dada la ausencia de resultados contundentes.
Pues resulta que la semana pasada me encontré con dos artículos, publicados en el 2005, cuya idea central es una de mis notas al pie, adornada con una serie de aplicaciones prácticas. Lo peor de todo, ni siquiera tiene la demostración de esa nota, únicamente la describen.
Es verdad que he tenido la puerta abierta frente a mí, y no he entrado por medio a una emboscada.

3 comentarios:

Ing. Cardioide dijo...

Ps a entrarle y a luchar vs la emboscada! (que por eso luego se pierden grandes oportunidades :( lo digo por experiencia)

Aloha! Saludos!

Lalo.

Anónimo dijo...

Es una buena llamada de atencion para que no discrimines tan facilmente a esas "notas al pie". Ademas lo bueno es que fueron publicados en 2005, desafortunado hubiese sido que esos articulos fuesen publicados este anio.
El pipucho

Rafael Peñaloza dijo...

El spam ese de Carlos lo dejo ahí por si a alguien le interesa matar con una espada prestada ;)

Así es Lalo, eso de temer a la emboscada hace que uno se pierda de varias cosas interesantes.

Muchas gracias pipucho; lo de que fueron publicados en 2005 es lo que más me sorprende, porque no es raro encontrar resultados mínimos publicados, pero esos comúnmente son mucho más viejos.