Un año

Hace un año (menos unos cuarenta minutos) estaba pisando tierras germanas. Era un joven nervioso e ilusionado. He crecido mucho, y ahora sólo soy un joven nervioso.
Ha sido un año bastante bueno para mí, a decir verdad, fuera de algunos problemas con la visa, y otros problemas personales aislados.
Estar lejos me ha enseñado a ver las cosas desde otra perspectiva. Muchas veces estando en México me topé con problemas que no podía resolver, y sabía que ese era el caso; sin embargo, me desesperaba y pasaba horas y días pensando en esos problemas, para los que sólo podía esperar.
Estando tan lejos, esos problemas se han vuelto una fantasía. Ahora sí comprendo a fondo que no puedo hacer nada mientras esté acá, y remuevo el nerviosismo y la tensión de mi mente y cuerpo. Algunas veces ha resultado nocivo, pero en general creo que ha mejorado mi vida.
Desventajas? No soy buen cocinero; es más, ni siquiera un cocinero promedio, y me rehuso a comer en la cafetería todos los días, así que me alimento de comidas simples. Aunque, eso sí, procuro tener variedad y balancear la comida, a buen consejo de mi padre.
Estos últimos días he extrañado mucho mi país, y circunstancias externas me hacen desear mucho estar ahí, aunque fuera solo un par de días. Tengo que esperar; en 60 días estaré viajando hacia allá, y mientras, trabajando y revisando tareas.
Pues eso es todo. Un año resumido en pocos párrafos y sensaciones.